miércoles, 21 de octubre de 2009

Stop & Start system


El sistema Stop&Start (S&S) se utiliza para reducir el consumo de combustible y con ello las emisiones de CO2. Para ello el sistema se encarga de apagar el motor cuando el vehículo está parado para volver a arrancar cuando el conductor pisa el pedal del acelerador. Este sistema, por lo tanto, es efectivo para una conducción urbana, por ciudad.
El ahorro de combustible depende pues en gran medida del tráfico, puede llegar a reducirse hasta un 10% en condiciones de tráfico muy denso.
Mi punto de vista es que esta cifra es la que dan muchos fabricantes (incluso superior) pero si tenemos en cuenta los ciclos de conducción utilizados para la homologación de un vehículo y sacando la media de estos nos daríamos cuenta que estamos hablando de una reducción de emisiones de CO2 en torno al 2%. Pese a parecer poco, no hay que olvidar que en términos absolutos (sumando el 2% de todos los vehículos que lo equipen) es una gran cantidad de CO2 evitado.
Los componentes de este sistema vienen siendo utilizados desde hace mucho tiempo, prácticamente desde el inicio de la automoción "moderna": alternador (en este caso regenerativo, sensor del pedal acelerador, acelerómetro, etc. Parte de estos componentes se rediseñan para cumplir su nueva función (ya que algunos de ellos ahora sufren mayores solicitaciones), pero el verdadero avance se encuentra en el control del sistema, es decir, la gestión de las señales proveniente de los sensores, su proceso y el envío de "órdenes" a los actuadores. Esta gestión puede realizarse desde un módulo de control independiente o bien desde la ECU del motor.
Actualmente la mayoría de los fabricantes de automóviles de primer nivel cuentan con alguno módelo que ofrezca la posibilidad de equipa este sistema. Generalmente son vehículos de gran volumen de ventas ya que de esta forma los fabricantes disminuyen su media ponderada de emisiones de CO2.
Tengo entendido que el primer vehículo producido en masa que equipó este sistema fué el Citroen C3 en el año 2004.
En 2005 Mazda introdujo un sistema para los motores gasolina de inyección directa que inyecta directamente combustible en el cilindro y lo hace "explota" a través de las bujías para conseguir una fuerza "hacia abajo" que ayuda al arranque del motor. Este sistema es el que podemos apreciar en la imagen.

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